Los vastos bosques boreales y la tundra de más allá del muro son el hogar de la ingente cantidad de seres que componen el pueblo librebrAquellos a los que se conoce como salvajes, que no se postran ante ningún rey y que aprecian su libertad por encima de todo lo demásbrAsí, cuando se alzan los estandartes para convocarlos a todos, pocos señores del sur son capaces de concebir la enorme marea de aullantes salvajes que se dispone a engullirlosbrAunque individualmente las unidades de asaltantes son poco más que campesinos armados, fáciles de aplastar y de desbaratar, cuando se agrupan en multitudes se convierten en una tremenda ola destructora que es perfectamente capaz de superar unidades con un armamento mucho más pesado que el suyo